viernes, 3 de octubre de 2014

George Wein cumple hoy 89 años


George Wein es una de las mayores leyendas vivas del jazz, especialmente en su vertiente de promotor y empresario. Fue inventor del concepto de festival de jazz como el de Newport o Nueva York (que montó tras abandonar temporalmente el primero). Wein (Boston, 1925)

ENTREVISTA
Usted se inició como músico de jazz y pronto se hizo con un local donde comenzó a programar. ¿Cómo fue ese salto ?
Tocaba el piano cuando estaba en la universidad, ganaba dinero, conocía a músicos y era como el pianista de Boston cuando los jazzmen de Nueva York venían allí a actuar. Cuando me gradué alguien me sugirió que abriese mi propio club. Yo era un organizador por naturaleza, tenía un espíritu emprendedor para hacer algo, y me di cuenta de que era mejor organizador que pianista.

¿Era un local rentable?
Durante diez años pudimos vivir de él, fue nuestra escuela de aprendizaje, de cómo se llevaba el negocio, y además pude conocer a todos los grandes como Ellington, Armstrong, Davis, Gillespie, Fitzgerald, etcétera. Pero al cabo de esos diez años me quedé sin dinero y me tuve que mudar a Nueva York, aunque antes ya me habían contactado unas personas de Newport para que organizara algo en aquel pueblo durante el verano. Así fue como surgió la idea de montar el Festival de Jazz de Newport, en 1954.

En aquella época bostoniana, ¿qué salud tenía el jazz?
El jazz era música de night-club, así que los chicos bonitos, los hijos de médicos, no iban a esos sitios. Y yo era hijo de un médico así que la gente de mi clase social no iba. Cuando empecé a moverme en este mundo del jazz quería el mismo respeto por lo que yo estaba haciendo como el respeto que tenía mi padre como médico; quería ese respeto para el jazz. Si algo he conseguido en mi vida es no sólo que me tengan respeto sino que la gente tenga respeto a cualquiera que toque jazz.

Cuando aceptó la oferta de Newport, ¿tenía alguna idea de lo que quería hacer?
No existía ningún manual de uso, ninguna agenda donde guiarse. Se hacían conciertos grandes pero nunca se habían realizado festivales de dos o tres días. Para aumentar el interés de la gente en el jazz, no sólo pusimos énfasis en la música que se tocaba sino que trajimos a educadores, psicólogos, montamos simposios sobre el fenómeno del jazz para que la gente tuviese una visión más completa de esa música.

Y unos años después decide crear el festival de Newport consagrado al folk.
Se parecía mucho en su planteamiento al de jazz. Tenga en cuenta que en el ciclo de jazz ya incluíamos unas tardes dedicadas al gospel, al tapdance o al folk; esta fue tan exitosa que me decidí a dedicarle un festival. Era un tiempo que había un inmenso interés nacional por el folk.

¿Cómo fue el legendario concierto eléctrico de Bob Dylan?
De Bob Dylan se decía que iba a ser la reencarnación viva de Woody Guthrie, con sus canciones políticas, sociales, pero decidió que podía hacer algo más y junto a su banda ofreció un set eléctrico del que nadie tenía noticia. Ni yo sabía lo que iba a pasar. La gente quería escuchar Blowin´ in the wind, y hubo tanto follón y tantos silbidos que cuando Bob abandonó el escenario le dije que volviese y que cantase al menos una pieza acústica. Me respondió que no tenía una guitarra acústica y al final utilizó la de Peter Yarrow [de Peter, Paul & Mary] y cantó All over now baby blue.

¿Cuándo se dio cuenta de que los festivales de jazz podían ser rentables?
Cuando se involucraron los patrocinadores. Crearon tal visibilidad para el jazz, que este se convirtió en noticia. No ocurrió sólo en Newport sino en todos los otros festivales que yo organizaba. El primero en colaborar con nosotros fue la cerveza Schlitz y después vinieron otros, como los cigarrillos Kool. Cambió totalmente el panorama y mi situación financiera. Hasta entonces vivía al día.

¿Se le criticó por meter a estos promotores en el mundo del jazz?
Creé este tipo de relaciones, y lo copié de la televisión, de los programas patrocinados. Era algo que no inventé yo sino que simplemente lo apliqué al jazz. Además, nunca acepté que ningún patrocinador me indicase qué tenía que programar; pero hay casos llamativos, como cuando nos vino la compañía telefónica Verizon para sugerirnos que metiéramos a U2 en Newport. Les dije que no era nuestra línea... es que un festival de jazz nunca podrá competir con uno de rock.

¿Cuál es el origen del hermanamiento de los festivales de jazz de Newport y Barcelona?
El Festival de Jazz de Newport era muy conocido en Europa a través de la emisora The Voice of America, y el Departamento de Estado nos encargó organizar giras por Europa sobre todo con algunas grandes bandas que habían pasado por el Festival. Barcelona fue una de las primeras en recibir la visita de estas giras. De alguna manera, Newport se convirtió en un festival viajero que estimuló la creación de otros en alguna de esas ciudades como Barcelona. Y ahora somos nosotros los que queremos que estas citas europeas nos influencien, como lo supusieron los conciertos de Chano Domínguez el año pasado en Nueva York. El jazz actual es una música totalmente global y además los jazzmen europeos son tan buenos como los norteamericanos, tienen una preparación técnica similar.

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